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QUINTO MISTERIO: El Niño perdido y hallado en el Templo. . La Virgen María encuentra al Niño en el Templo discutiendo con los doctores de la ley . | ||||
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QUINTO MISTERIO: El Niño perdido y hallado en el Templo. . La Virgen María encuentra al Niño en el Templo discutiendo con los doctores de la ley . | ||||
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A diferencia del rosario común, éste cuenta con cinco colores diferentes de cuentas, uno por cada misterio.
El rezo, básicamente, no difiere en mucho. Las tres última Ave Marías son:
Al final de cada misterio se añade la jaculatoria: "¡Santa María Reina de las Misiones; ruega al Señor Jesús por nosotros!". O bien podraia ser ¡santamaria reina de las misiones;ruega por nosotros. Sagrado corazon de Jesus; en vos confio!
O bien, cuando se rezan los misterios luminosos:
Dios todopoderoso y eterno, luz de los que en ti creen, que la tierra se llene de tu gloria y que te reconozcan los pueblos por el esplendor de tu luz. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
O bien, cuando se rezan los misterios dolorosos:
Señor, tú has querido que la Madre compartiera los dolores de tu Hijo al pie de la cruz; haz que la Iglesia, asociándose con María a la pasión de Cristo, merezca participar de su resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
O bien, cuando se rezan los misterios gloriosos:
Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, has llenado el mundo de alegría, concédenos, por intercesión de su Madre, la Virgen María, llegar a alcanzar los gozos eternos. Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
La Virgen apareció en una capilla en eñl año 1208. En su mano sostenía un rosario y le enseñó a Domingo de Guzmán a recitarlo. Dijo que lo predicara por todo el mundo, prometiéndole que muchos pecadores se convertirían y obtendrían abundantes gracias. Domingo salió de allí lleno de celo, con el rosario en la mano. Efectivamente, lo predicó, y con gran éxito | |
por que muchos albingenses volvieron a la fe católica. Lamentablemente la situación entre albingences y cristianos estaba además vinculada con la política, lo cual hizo que la cosa llegase a la guerra. Simón de Montfort, el dirigente del ejército cristiano y a la vez amigo de Domingo, hizo que éste enseñara a las tropas a rezar el rosario. Lo rezaron con gran devoción antes de su batalla más importante en Muret. De Montfort consideró que su victoria había sido un verdadero milagro y el resultado del rosario. Como signo de gratitud, De Montfort construyó la primera capilla a Nuestra Señora del Rosario. |